Audacia sin prejuicios

El 90º aniversario de la enorme gesta que fue la Revolución de Octubre nos plantea a los comunistas una necesaria reafirmación de nuestra identidad, que sólo podremos llevar a cabo mediante el desarrollo de las tareas actuales, en el marco de la batalla política, cultural y de ideas que nos plantea la construcción de una alternativa política real. Para ello es preciso superar los atrasos que se verifican en la subjetividad revolucionaria, por lo que para librar la pelea por la construcción de unidad popular, debemos tener iniciativa política y llevar adelante una intensa acción en la búsqueda de acuerdos, pero también ser audaces y abandonar prejuicios que abonan la dispersión.

Queda claro que el proceso de cambio abierto en Latinoamérica genera condiciones favorables, pero también es verdad que no se trata de un escenario al que asistimos como espectadores. Con aciertos y errores, los comunistas, junto al resto del movimiento popular, somos, con pleno derecho, parte de este proceso.

El camino de articulación cuenta con programas y experiencias válidas a las que podemos apelar. El Encuentro por la Soberanía Popular y más recientemente el Fral se exhiben como programas, aptos para la tarea de construcción de alternativa política y son una contribución a una articulación posible. Se presenta entonces una ruta por recorrer, en la que es preciso no caer en la disyuntiva que plantea la falsa contradicción entre la construcción de poder popular o política de alianzas. Se trata de dos facetas del mismo proceso, dos movimientos posibles y simultáneos, cuya viabilidad queda expresada en la variedad de modelos de unidad y las distintas experiencias que en los órdenes provincial y municipal venimos desarrollando, en los que logramos avanzar superando límites.

Estos caminos demuestran que las diversas experiencias y búsquedas, no son sinónimo de atomización y tampoco ponen en crisis el sentido del despliegue de nuestra línea. Pero también explicitan de manera contundente que es imposible construir desde la prevención. Por eso vale recalcar que al postular la unidad de las izquierdas, hay que considerar tanto a la orgánica-política como a aquella que forma parte del movimiento político-social.