sábado, 18 de abril de 2009

¿Quiénes pueden querer vivir en un país inseguro?

Los recientes hechos sucedidos en Lanús vuelven a poner sobre la mesa política la discusión sobre la baja de imputabilidad en los jóvenes.

Este primer párrafo nos dice mucho más de lo que en apariencia es la introducción a tratar un tema que es de gran importancia para los argentinos y las argentinas y que particularmente nos toca muy de cerca a las y los jóvenes del conurbano.

El lamentable asesinato de Daniel Capristo nos duele a todos. Quienes dentro de unos meses empiecen a cargar solos con ese dolor merecen nuestro total respeto y nos solidarizamos con ellos que son victimas inocentes de un sistema que es injusto y que cada día nos arrastra más y más hacia una guerra de pobres contra pobres.

Decíamos que este primer párrafo tiene un especial significado porque nos explica hacia donde quieren llevar el tema.

Aparecen dos discursos enfrentados: El primero, que se muestra como único valido y verdadero o concreto, es el de la derecha, que como todo discurso de este sector se basa en una consigna simple, reduccionista del problema y que ataca al eslabón más débil; donde claramente se apunta solo a la cuestión represiva (una ley constante en cualquier tema para esta ideología).

En lo expuesto por el primer párrafo vemos quien tiene la hegemonía. La solución es represiva y solo ataca al más débil. Mano dura sobre los más chicos.

Pero detengamos la pelota acá. En este discurso aparece de fondo un tema que se da por sentado, se parte con un axioma invisible, que es la caracterización que se hace de los chicos, Los Pibes Chorros (claro que no hay que incluir Las Chicas Chorras, porque para el discurso hegemónico los hombres representan a los dos géneros).

Para la derecha y quienes reproducen su discurso estas personas nacen así. Este es uno de los temas centrales. Sí nacen así solo queda reprimirlos o matarlos, nada más se puede hacer con ellos.

Sí en cambio el medio en que se desarrolla, la presencia o la ausencia de una familia, la escuela, el barrio, la perspectiva de futuro, la posibilidad de una vida digna o no, de comer o no, de tener ropa limpia o no, de ir al hospital o no y un sin fin de asuntos sociales son los que conducen al chico a tomar esta elección, repito tomar esta elección, estamos ante otro tipo de discurso.

Si consideramos que no es un mal de nacimiento, ya podemos empezar a abrir el abanico, y sin querer vamos entrando en un discurso “de izquierda”.

La izquierda en cambio no tiene posibilidad de un discurso corto, que proponga una salida en lo inmediato, que pueda cerrar con la simple consigna de matarlos a todos. La izquierda apunta hacia el punto de elección, partiendo de la base de que el chico o chica elige (ahora si agregamos las dos variantes), de que existen condicionamientos sociales que favorecen optar por salir a meter caño. La estructural falta de trabajo lumpeniza a parte de la sociedad que de a poco va quedando relegada. Las familias se van conformando de manera dramática con padres y madres que dadas las circunstancias encuentran muy difícil la posibilidad de ser ejemplos. La educación se vuelve un privilegio ajeno. La salud no existe. La perspectiva de vida no pasa los 21 años.

Vivimos en un país que desde sus estructuras se preocupa día a día por mantener la impunidad vigente.

Entonces si no es un mal de nacimiento que esta en los genes o en el color de su piel vemos que las primeras causas nacen en las injusticias que produce un sistema económico como en el que vivimos.

Ahora empezamos a apuntar a los poderosos, a los que se benefician con este tipo de sistema, pero esto nos sigue pareciendo muy alejado del hecho.

Volvamos al hecho en si entonces. En chico de catorce años mato de 9 balazos a Capristo durante el intento de robo de su automóvil. Regresaban sus dos hijos, el más grande - quien ahora esta en la justa batalla de pedir justicia- había ido a buscar a su hermano menor, de tan solo 5 años, de un cumpleaños. Daniel Capristo (padre) preocupado, valientemente, salio a enfrentarse con el asaltante, su por entonces, futuro asesino.

En el relato un detalle que parece menor es el motivo del suceso: el robo de un automóvil. En este punto debemos marcar que el pibe que intentaba robar el auto no es quien después lo comercializa, detrás de él hay una mafia (si, una mafia) que se encarga de colocar al automóvil o las autopartes. Por el modelo del auto, Fiat Palio, es más probable que intenten colocar las autopartes en el mercado que al auto entero.

Este hecho ha sucedido en Lanús, distrito que esta considerado de alto riesgo para las aseguradoras que saben el gran numero de autos que se roban en la zona. La policía ya esta acostumbrada a hacer la vista gorda.

Estas mafias son parte estructural de la provincia de Buenos Aires, las mismas que manejan los desarmaderos son las encargadas de apoyar a tales candidatos y arreglar con las comisarías cercanas.

Vemos entonces como hay una fuerte vinculación entre Política-Policía-Mafias, recordemos que las mafias son las únicas que cuentan con el poder económico que les permite sortear las trabas, dejando a estos empresarios de los automotores, a estos mafiosos de las armas y del tráfico de drogas colocar sus productos en el mercado.

En fin una mirada de izquierda a punta a los poderosos, a la raíz del problema, intenta profundizar y realmente se acerca a la solución.

Observemos como estas dos miradas sobre un mismo hecho se van conformando: Volvamos a la descripción del hecho de la manera más precisa posible: El menor de 14 años tenía antecedentes penales, había sido capturado en dos oportunidades, en una de ellas robo una moto Yamaha a mano armada. Hasta aquí aportamos un dato, la cuestión es que hacemos partiendo de dicha información. La primera opción, la que el sentido común manda, proclama: “entran por una puerta y salen por la otra”, “ellos son libres y nosotros vivimos presos”, “hay que hacer justicia por mano propia”, o como la dolida prima de Capristo que pidió que “mutilarlo de a poco” y prosiguió “estos tipos no se educan más, las cárceles están llenas de gente como esta. No quiero pagar impuestos para mantenerlos”

La otra mirada que suele aparecer aunque ni por asomo en los diarios, la TV y la radio de los poderosos, es la que comprende que en realidad se esta ante un abandono total del Estado, que por no hacerse cargo de los chicos y las chichas toma dos caminos, el de no hacer nada (y estos chicos quedan rehenes de robar para la corona ya que están marcados) o los encierra en Instituciones que están para tapar y destruir. No hay presupuesto para las universidades, las escuelas se caen a pedazos, en los hospitales faltan los insumos, pues entonces imaginemos un poquito la situación en la que se encuentran dichos institutos.

Nosotros, los jóvenes comunistas, tenemos que desentrañar los mensajes que aparecen mezclados en los medios de comunicación y que se repiten en forma de discurso de la derecha que suele revivir en casos como este. Aportemos una mirada integradora y comprometámonos con cambiar las cosas de raíz. En lo inmediato aparece la discusión por un proyecto de ley para bajar la imputabilidad, aportemos los elementos necesarios para que el país camine hacia un lugar de justicia, los que se benefician con estos hechos son nuestros enemigos, quienes ahora intentan ser los portadores de la solución y están vinculados a las causas, quienes nos hundieron en este sistema económico de explotación son los únicos de quines se puede decir que quieren vivir en un país inseguro.

Los recientes hechos sucedidos en Lanús vuelven a poner sobre la mesa política la discusión sobre la baja de imputabilidad en los jóvenes. Pero quedan muchas otras cosas por discutir.

A continuación transcribimos la declaración que realizamos a principios de año. Han cambiado cuanto mucho solo los nombres propios.

Sobre la baja de imputabilidad.

La juventud no es peligrosa, pero si esta en peligro

El Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, en recientes declaraciones, ha manifestado la intención de que se lleve a cabo la reforma de la legislación vigente para bajar la edad de imputabilidad de menores, esto como respuesta a las demandas en materia de seguridad validas de algunos sectores de los/las habitantes de la Provincia de Buenos Aires.

Desde la Juventud Comunista de la Provincia de Buenos Aires creemos , que ante este tema delicado, que aparece día a día y en boca de todos, que constantemente ocupa los lugares destacados en noticieros y diarios ( captando atención y desviando esta de otros temas relevantes, como por ejemplo la crisis estructural del sistema capitalista, etc, etc) , donde personajes como “kitu” son el centro de la maquina mediática, debemos elaborar respuestas y acciones en un marco unitario, junto a otros sectores del campo popular y la izquierda, ante una nueva avanzada derechista que pretende nuevamente atacar los efectos sin generar ningún tipo de abordaje de las causas, bajo la consigna ” la juventud es peligrosa”, la cual creemos debería ser ” la juventud esta en peligro”.

No hay ninguna evidencia que la baja de edad de imputabilidad pueda mejorar la seguridad, la realidad concreta nos indica que mayor represión no es la salida, tengamos en cuenta que una de las figuras delincuenciales más afectatorias para la gente es el robo con armas. Desde la dictadura de Onganía (1968) se ha aumentado la pena mínima 60 veces. Antes era un mes y ahora es 5 años. Sin embargo, jamás se disminuyó el delito de robo calificado.

Bajar la edad de imputabilidad no es la solución. Pese a las imágenes y los datos que salieron a difundir los medios masivos; el 60% de los menores de edad aprehendidos en la provincia de Buenos Aires - 5.351 durante los primeros cinco meses del año - son mayores de 16 años; y aún así están lejos de alcanzar a la cantidad de adultos detenidos - 79.575 en el mismo período- .El sistema actual en materia penal juvenil esta regido por un decreto ley dictado durante la última dictadura militar, nro 22278, el cual es inconstitucional y contraría todos los pactos de Derechos Humanos firmados por nuestro país en esta materia, dado que habilita la privación de la libertad de niños por el sólo hecho de su condición social.

La situación de los menores es el reflejo de un sistema en decadencia, que genera exclusión y pobreza, que arroja a la drogodependencia a miles de miles de jóvenes en la provincia, que según el gobernador anterior (Felipe Sola) 600.000 pibes están sumergidos en este flagelo siendo sus vidas arrasadas por el uso del paco, y por situaciones de abuso y maltrato a las que frecuentemente son expuestos -de modo perverso- por algunos adultos., que se pierde cada día mas la perspectiva de futuro, que no hay trabajo, ni lugares de recreación, que la educación es un privilegio y no un derecho, etc,etc,etc.

Todo esto y mas, es claro indicio de que estamos ante una problemática social, que como es sabido, se debe resolver con políticas concretas que apunten a dar respuesta en vías de solución intentando, no la estupidez de bajar la imputabilidad atacando la sintomatología y de esta forma desentenderse de que la grave situación en la que esta sumida la juventud bonaerense, es fruto de años de sometimiento y dominio neoliberal.

Hoy, el Sr. Gobernador, más que poner énfasis en bajar la edad de imputabilidad, tendría que aplicar enérgicamente una política de asignación universal para todas las personas menores de 18 años; e instrumentar estrategias de intervención social tendientes a erradicar la desigualdad social en todo el territorio provincial.

Por todo lo expresado, los/las jóvenes comunistas decimos que para abordar de manera coherente la problemática de la inseguridad en la provincia de Buenos Aires, se debe avanzar en distribuir la riqueza con mayor equidad, para que de esta manera se garantice mas y mejor trabajo a todos los/las bonaerenses. Que es menester multiplicar los presupuestos de salud, desarrollo social y educación para garantizar la inclusión con políticas participativas.

Los jóvenes comunistas exigimos al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, que se implementen las leyes de promoción y protección de los niños y niñas, adolescentes y jóvenes, como lo indican las leyes provinciales Nro 13298 y 13634.

Federación Juvenil Comunista Provincia de Buenos Aires

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