miércoles, 15 de abril de 2009

Aedes aegypti, ¿luchamos contra un mosquito?

Por Artur, Biólogo de la FJC Buenos Aires.

Aedes aegypti, el mosquito que transmite la enfermedad del dengue y la fiebre amarilla, en el pasado hizo estragos. Desató la epidemia de fiebre amarilla en 1871 en Buenos Aires con un saldo de 14 mil muertos y migraciones masivas. En gran parte de América Latina mediante una campaña que duro más de 10 años se lo controlo, al punto que en Argentina se decretó la erradicación del mosquito en 1963. En 1970 el mosquito habia desaparecido en gran parte del continente abarcando nada más el norte de America del Sur.

Sin embargo a partir de los 80, Aedes aegypti volvió a infectar todo el continente tal como era al principio, reapareciendo en Argentina en 1983. Esta reinserción del mosquito no es casual. Por un lado, estudios indican que desde 1980 se desarrollaron las condiciones favorables para el insecto en la región. Un aumento de la temperatura en la región, producto del calentamiento global, favoreció al mosquito. Cuando fue la gran epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires, coincide con un aumento de temperatura y cada vez que hubo brotes fueron épocas con cierta favorabilidad para el vector.

Por otro lado, también en el ‘80 la Organización Mundial de la Salud encuentra que la realidad política y económica es otra. Los países no destinan dinero para sostener este tipo de campañas y proponen la participación comunitaria. En Argentina de los `90s con la política de reducción de estado y provincialización de la educación comenzaron los problemas. Las personas no están informadas sobre las medidas de prevención y los responsables políticos no se interesan realmente, a tal punto que desconocen (o quieren desconocer) a los especialistas en el tema que el mismo estado invierte para formarlos; y terminan convocando a especialistas de Cuba y Paraguay en la actual emergencia sanitaria que es el dengue.

Información técnica, medias a adoptar y las que se están adoptando:

Empecemos ahora dando información fehaciente sobre el Dengue. Esta enfermedad es causada por un virus y la única forma de contagio en zonas urbanas del país es mediante la picadura de la hembra del mosquito Aedes aegypti. La enfermedad puede ser mortal a la segunda vez que se contrae.

Una cosa que es importantísimo saber es que si se combate al mosquito se erradica el dengue. Pero, ¿cómo lo hacemos? Conociendo el ciclo de vida del mosquito: De los huevos eclosionan las larvas. Hay cuatro estadios larvales. Después de éstas viene el estadio pupa y por último, el estadio que conocemos todos: el adulto. Las larvas y las pupas son organismos acuáticos y viven en lugares donde haya un poco de agua aparentemente limpia.

Por ende, la forma de evitar la proliferación del mosquito es sacándole estos sitios de agua que están en nuestras casas: desechando latas, juguetes, neumáticos y macetas rotas que acumulan agua de lluvia; manteniendo boca abajo recipientes que no estén en uso como baldes, frascos, botellas y tachos; tapando tanques, barriles y cántaros; y cambiar el agua de los bebederos de nuestras mascotas, de jarrones y peceras cada tres días.

Sin embargo, no escuchamos este tipo de información permanentemente y vemos que nuestros gobernantes de turno fumigan todos los parques y plazas como medida preventiva. Ahora la pregunta es: ¿Es correcta esta medida? Para contestarla es importante saber que Aedes aegypti tiene una capacidad de dispersión de 100 metros a la redonda de su criadero. Y estos recipientes se encuentran únicamente en nuestras casas. ¿Esto qué quiere decir? Que el mosquito no se va a ir de nuestros hogares ¡Tienen todo ahí! Agua para criarse y sangre humana. El vector del dengue no esta en los parques y tampoco viaja hasta esos lugares por su baja capacidad dispersiva. Las fumigaciones son meramente campañas electorales que incluso acaban con la poca biodiversidad que se encuentra en los parques urbanos y no resuelven la problemática sanitaria.

Otro hecho de trascendencia fueron las declaraciones del Ministro Bonaerense de Salud, Claudio Zin diciendo que “está apareciendo otro vector del virus” del dengue y que este nuevo mosquito “es mucho más duro, resistente y versátil que el Aedes aegypti, por lo que se esperan “problemas serios si no se hace algo para controlarlo”. El responsable de la salud de la provincia se estaba refiriendo a Aedes albopictus, mosquito que únicamente se encuentra en Misiones y que su capacidad como vector de la enfermedad en America es discutida hoy en día por los científicos. Alarmar a la población con información no certera es muy contraproducente. Cuando las personas entran en pánico no pueden llevar adelante las medidas de control que, en momentos como éste, son fundamentales para combatir el dengue. Pero, ¿cuáles son las razones de estas declaraciones?; ¿por qué en vez de generar campañas de prevención tira bombas mediáticas que generan pánico a la población? Tal vez, el ministro comprende que la infraestructura del estado tal cual esta pensada y las medidas que tome son escasas para evitar una epidemia y este nuevo mosquito “incontrolable” es su salvación política.

En la zona centro de nuestro país en el invierno tenemos la suerte de no ver al mosquito. El frío mata a las larvas, la pupa y el adulto, pero en los recipientes, baldes, tachos, tanques, neumáticos, botellas y frascos con agua quedan los huevos esperando que aumente la temperatura para salir de nuevo. Es por eso que es imprescindible generar campañas y programas educativos en las escuelas, en los clubes, en las sociedades de fomento, en la televisión, en las calles para que cada uno tome el hábito de revisar sus casas y reducir los criaderos de mosquitos. En cambio, en la zona norte de nuestro país donde las temperaturas no bajan lo suficiente en invierno, el mosquito vive en la región casi todo el año y si no se toman medidas urgentes las consecuencias van a ser fatales.

La pregunta nuestra es: ¿contra qué luchamos?

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  © protagonistas delsur de Gustavo Cano para www.protagonistasdelsur.blogspot.com 2009

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