domingo, 7 de octubre de 2007

La representacion politica

Quizá la apatía social en torno de la campaña electoral que ingresa en su recta final sea uno de los índices más contundentes de la crisis de representación política en Argentina. Los partidos políticos tradicionales buscan afanosamente en este contexto reconstruirse en un escenario que, al menos en un futuro inmediato, parece proponer un sistema de alternancia diferente al que signó la vida institucional desde 1983.
Es en este mismo marco en el que, mediante un lento, pero constante, trabajo para el que cuenta con el invalorable apoyo del formidable aparato que pone a su disposición la industria massmediática, la derecha pretende allanar el camino que la lleve a reconciliarse con la sociedad civil, luego de la crisis que le produjo la derrota cultural que el neoliberalismo sufrió en la región. Pero sabe que para lograrlo deberá, al menos en el mediano plazo, constituir una fuerza propia que, por lo menos desde lo formal, plantee un discurso que tome distancia del pragmatismo posmoderno de los 90 y postule capacidad de contener e interpelar la demanda social. De ahí que para avanzar en tal dirección deseche, por ahora, a los cultores del mensaje más duro, y en la construcción de una suerte de real politik del siglo 21 prefiera postular con cínico tono persuasivo que, si lo que se viene es mano dura, que sea por el bien de todos.
Segura de su ventaja, pero no ajena a esta problemática, la candidata oficialista prefiere dejar pasar los días que la separan del 28 de octubre sin prestarse a exhibir algún flanco débil en su discurso. Los problemas que presenta la construcción del acuerdo social postulado por Cristina Fernández serán materia que, debe pensar la candidata presidencial, puede ser abordada con mayor facilidad desde el plafón que pudiera otorgarle una victoria contundente en los comicios. Pero resulta difícil imaginar una acuerdo social en un país en el que, al menos uno de los actores, el sector del trabajo, sigue siendo el convidado de piedra a la hora de repartir la torta de la incipiente reactivación que se registró durante la presidencia Kirchner, básicamente como consecuencia de las ventajas comparativas otorgadas por la venta de comodities. Así, el proceso electoral abierto se presenta para la izquierda, y en particular para los comunistas, como un momento que propicia una construcción que no debe dejarse seducir por el cortoplacismo. El acuerdo alcanzado con el Partido Humanista que dio nacimiento al Fral plantea un desafío de tipo estratégico vinculado a la necesidad de su permanencia, consolidación y crecimiento tras los comicios. Pero también se hace preciso que este espacio se enriquezca y aporte a la construcción de alternativa política. El carácter latinoamericanista que el Fral propuso desde su propia génesis postula asimismo la necesidad de convergencia con los distintos procesos que tienen a los pueblos de la región como principales protagonistas. Es preciso entonces trabajar para que se instale en la agenda nacional la necesidad de una reforma política que permita avanzar hacia una profundización de la democracia a partir del establecimiento, entre otros, de mecanismos de participación popular directa.
No se trata de otra cosa que aquella que, con distintos matices y mecánicas, están llevando a cabo Venezuela, Ecuador y Bolivia, países en los que, desde las cenizas que dejó la destrucción y el dolor causado por décadas de neoliberalismo, está naciendo una nueva institucionalidad que aleja a sus sociedades del capitalismo para acercarlas, más temprano que tarde, al socialismo que los pueblos deberemos construir para el siglo 21.

0 comentarios:


  © protagonistas delsur de Gustavo Cano para www.protagonistasdelsur.blogspot.com 2009

Back to TOP