viernes, 14 de diciembre de 2007

La dama sentada en un sillón

No caben dudas de que el hecho más relevante de la semana fue el discurso de Cristina Fernández al asumir la presidencia de la Nación.

Se trató de un mensaje no clásico, de profundo tono político en el que se jugaron conceptos como pueblo y nación, pero en el que también, la Presidenta planteó una fuerte crítica a la posmodernidad, reivindicando la concepción de la modernidad. En definitiva, fue un desafiante discurso político, pero que por el momento es discurso.

Cristina Fernández fue contundente al señalar que la victoria definitiva de su proyecto llegará cuando en la Argentina no haya pobres, pese a esto, eludió explicar de qué manera se logrará este objetivo.

¿Será acaso mediante el modelo de acumulación con “autonomía razonable” que postula? ¿O quizá por medio del modelo de “matriz diversificada de acumulación con inclusión social”?

A pesar de esto, no se puede soslayar la referencia que realizó sobre el Banco del Sur como un instrumento de transformación económica, ni tampoco la formulada sobre la necesidad de una ecuación energética en América Latina.

Queda claro que para que el objetivo postulado por la Presidenta pueda convertirse en más que un discurso, la clave está en la distribución de la riqueza, y no cabe duda de que esto solo puede lograrse con una fuerte unidad de los sectores populares en reclamo de sus reivindicaciones.

Asimismo, a la hora de hacer una encendida defensa de la escuela pública, la flamante mandataria indicó que es posible aumentar el presupuesto educativo de seis a diez puntos, pero añadió, que esto no resolvería el problema.

Hay que afirmar que es verdad que se hace necesario aumentar el presupuesto educativo, pero no será con reconvenciones a los docentes que se va a resolver el problema de la escuela pública.

Debe valorarse el reclamo de la Presidenta para que se aceleren y unifiquen los juicios a los genocidas de la dictadura que padeció nuestro país entre 1976 y 1983. Pero hay que recalcar que el mismo énfasis debe ponerse para esclarecer el paradero de Jorge Julio López.

Otro punto destacado del mensaje presidencial, es aquel vinculado al posicionamiento internacional de la gestión naciente. La mención del multilateralismo como una necesidad de las relaciones internacionales significa un hecho auspicioso.

También lo es que la jefa de Estado enfatizara que ningún “terrorismo” justifica la violación de los derechos humanos. Las palabras presidenciales fueron de un profundo contenido político, pero el discurso no deja en claro cuál es la fuerza política a la que Cristina Fernández representa. El sillón presidencial todavía presenta una imagen abstracta.

Así las cosas, para enfrentar un discurso de hondo contenido político que se reivindica desde el proyecto y las ideas, es preciso contar con un proyecto político amplio y profundo que sea capaz de convertirse en una verdadera alternativa política.

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  © protagonistas delsur de Gustavo Cano para www.protagonistasdelsur.blogspot.com 2009

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