viernes, 28 de agosto de 2009

Bueno muchachos: Tudo bom, Tudo Legal.


“La Corte no ordeno la despenalización general del consumo de marihuana”, señala el comunicado que ayer hicieron circular para evitar malas interpretaciones. Sin embargo los titulares omitieron dicha aclaración y, así, el debate vuelve a instalarse.
Pero la discusión sobre perseguir o no a los consumidores (”perejiles”) bajo ningún punto de vista puede ser tomado como parte fundamental para la solución de las exigencias que se nos plantean como sociedad ante esta problemática.
La Justicia, podemos afirmar, jamás se encuentra ajena de los climas políticos. Este fallo no seria posible sin el impulso que funcionarios, como Aníbal Fernández, realizan para instalar estos temas, sin la presentación que se realizo en la ONU en conjunto con Uruguay o sin los nuevos aires que circulan en la Casa Blanca con Obama. En el comunicado se atajan y aclaran una y otra vez sobre los limites del fallo, “La Corte no se expidió ni legitimó el consumo con ostentación hacia terceros, ni aquel con intención de comercializarla y solo se refirió a la marihuana”.
Por unanimidad los jueces consideraron inconstitucional penalizar la tenencia de estupefacientes destinada al consumo personal porque implica una intromisión en el ámbito privado y libertad personal. Por tanto, el articulo 14 de la Ley de Drogas (23.737), que pena al consumidor, viola el articulo 19 de la Constitución, donde se establece que “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados”.
Un argumento liberal que muchos liberales del siglo XXI se esfuerzan en denostar en pos de mayor control social.
El Comité Científico Asesor en Materia de Control de Trafico Ilícito de Estupefacientes, Sustancias y Criminalidad Compleja, coordinado por la fiscal de instrucción porteña Mónica Cuñarro e integrado por los jueces Roberto Falcone, Martín Vázquez Acuña y Patricia Llerena; el camarista Horacio Catani; el sociólogo Alberto Calabrese; la psicoanalista Eva Giberti, y los especialistas Carlos Damín, Alicia Gillone y Mónica Nápoli, trabaja desde marzo de 2008 en la redacción de un anteproyecto para reformar la ley de drogas. Con este fallo se allana el camino para que se eleven las propuestas legislativas que el propio gobierno, a través de este comité, intenta impulsar. Recordemos que guardan bajo 7 llaves el anteproyecto, aunque se sabe que buscarán llevarlo al congreso en las próximas semanas y que los tres ejes principales son: El aspecto Salud-Asistencial, el Económico y el Penal.
Deporte, trabajo, educación, cultura son algunos de los ejes principales para atacar el consumo, para dosificarlo. Si falla la prevención hasta ahora seguía la persecución, con este fallo estamos un paso más cerca de concretar que el paso siguiente sea el tratamiento de la enfermedad y no en forma de delito.
Hay que diferenciar usuario, abusador y dependiente. No todo es lo mismo. También hay que comprender las circunstancias que nos rodean. No es lo mismo Europa que América del Sur.
Debemos actuar.
La Iglesia y todo el arco político de derecha ya salió a cuestionar el fallo; la prensa en general no ha cedido su posición ultraconservadora. Se viene el debate legislativo y nuestra argumentación no puede basarse en los argumentos liberales que esbozan ”con mi cuerpo hago lo que quiero y punto” o favorecer la persecución sobre los jóvenes. Optamos por la despenalización pero nuestro debate principal pasa por impulsar la prevención, asistencia e inclusión. La solución a estas problemáticas no puede pensarse sino de manera integral con el resto de las problemáticas que favorecen conductas de dependencia y autodestrucción.
Si la información va a estar en manos de los empresarios de los medios que hoy dirigen el monopolio comunicacional estamos en el horno. La pregunta es cómo llegará esta información a los barrios que no tienen movimientos, agrupaciones o estén organizadas para brindar información y romper con la (¿invisible?) dictadura de la palabra impuesta. Es verdad: Clarín miente, pero ojo, no es el único.
Con Suecia y Holanda esta todo bien, pero nosotros estamos en Argentina, las condiciones de vida no son las mismas y la situación de los y las pibas que consumen son muy distintas. En cuestiones económicas, de acceso a la información y posible tratamiento.
La imagen del estudiante o hippie (”Jipi” se dice, nos enseño Capusotto) que sale a la plaza a fumarse un porrito acá no va. Las problemáticas de los dependientes, cuando son pobres muchas veces llevan a la muerte, la cárcel o el infierno. Una mirada contemplativa, simplemente liberal, seria cómplice. Hoy el Estado es garante de la pesadilla, con una policía que controla y organiza, una justicia que hasta ahora, abría 26.ooo causas (de las cuales el 70% son por tenencia) y un SEDRONAR que nunca estuvo a la altura de las circunstancias, solo preocupado en amontonar pibes y pibas.
Para cambiar las cosas, sacar al lucro del centro del universo y poner al ser humano y la naturaleza, necesitamos de todas nuestras neuronas y habilidades, necesitamos estar en las mejores condiciones, ni adormecidos ni dependientes. La despenalización de la tenencia para uso personal en si no sirve, pero bien acompañada es otra cosa. Esa es nuestra tarea. Por ahora se abrió el debate después de muchos años en que solo se aplicaba la represión.

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  © protagonistas delsur de Gustavo Cano para www.protagonistasdelsur.blogspot.com 2009

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