viernes, 24 de agosto de 2007

VALIJA NEGRA

Queda claro que habrá muchos más gatos negros que se crucen en el camino de la construcción del proceso liberador en América Latina. Del mismo modo que no es menos cierto que de las entrañas mismas de ese proceso deberán nacer las recetas que arranquen de cuajo cualquier práctica cultural que pueda interferir u opacar su desarrollo.El episodio de la valija que involucró a funcionarios argentinos y venezolanos es un ejemplo que abona con suficiente contundencia estos postulados, y también persigue interferir en la relación entre ambos países. Si se rasca un poco la superficie de los titulares que con singular cinismo depositaron en las primeras planas de sus matutinos las principales empresas informativas del país, se podrá encontrar la mano negra de los servicios de inteligencia yanqui, pero también una pesada rémora de lo viejo que la Revolución Bolivariana trabaja desde hace más de una década por demoler.La corrupción es un fenómeno inherente al modo de producción capitalista desde su propia génesis y forma parte medular en la maximización constante de la ronda de negocios que es indispensable para la expansión del capitalismo globalizado. Es falso que la esencia de esta etapa del capitalismo esté en la negociación, ésta reside solo en la imposición a cualquier precio. De este sencillo, pero contundente, dato de la realidad se desprende entonces que no es desde la cultura del capitalismo desde donde se podrá censurar y menos combatir, al menos honestamente, la corrupción.La teoría neoliberal reconoce las crisis que provoca, pero a ello contrapone una pueril tesis: la existencia invisible de la mano del mercado, rectora de la sociedad por medio de sus fuerzas autorreguladoras, que traerá finalmente la armonía. Con un carácter poco menos que religioso, demanda fe y sumisión a sus imposiciones, y así la corrupción, una mercancía más, también será disciplinada por el omnisciente mercado. Un principio válido para cualquier variante del capitalismo, aun en su expresión de Tercera Vía.Los pueblos latinoamericanos conocemos cabalmente cuáles son los resultados de esta receta, pero también sabemos que los anticuerpos necesarios para derrotar las consecuencias de su aplicación están en el tuétano mismo de los propios procesos revolucionarios, que por medio de la generación de poder popular y una nueva institucionalidad, verdaderamente democrática, deben profundizarse hasta borrar toda rémora de la cultura capitalista.Pero también tenemos claro que, hoy como nunca, habrá que estar muy atentos para curar en sano cualquier maniobra desestabilizadora del imperio, que está dispuesto a arrojar no solo gatos negros en el irrenunciable camino de liberación emprendido en Nuestra América.

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  © protagonistas delsur de Gustavo Cano para www.protagonistasdelsur.blogspot.com 2009

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