miércoles, 18 de julio de 2007

La fiesta es de ellos




En medio de un clima entusiasta, la derecha vernácula celebró su Día de la Independencia, el lugar de la fiesta fue la embajada de los EE.UU. y el anfitrión Earl Anthony Wayne, el homónimo del recio cowboy que en el celuloide y hasta el hartazgo asesinó a cuanto piel roja se le cruzó por el camino. El caso es que este Wayne, el de carne y hueso, eternamente más peligroso que aquel, cumplió al pie de la letra con su tarea de custodio de esta parte del patio trasero, y en el día de su independencia se dedicó a contarles las costillas a sus acólitos locales, que solícitos y exhibiendo amplias sonrisas, concurrieron a la sede diplomática para rendir pleitesía al imperio. Nada de esto debe sorprender, quienes desfilaron bajo la bandera de barras y estrellas que simboliza la garantía de los privilegios de que gozan a expensas del pueblo, no son otros que aquellos que, día a día, desarrollan desde distintos papeles una tarea funcional a esa política. Pero no son solo eso. También son los mismos que se alarmaron cuando ante un amplio arco del campo popular que colmó el mundialista de Mar del Plata, el presidente Hugo Chávez anunció el socialismo del siglo 21, o cuando más tarde, denunció la ingerencia de EE.UU. en la región desde la cancha de Ferro. Washington tiene una postura muy clara que hace unos días hizo pública Condolezza Rice: Latinoamérica tiene su propio Eje del Mal integrado por Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, y nuestro país se ubica en el límite, en un inestable equilibrio. En todo caso, cada quien elige dónde estar y ellos optan por la embajada. Un poco más lejos del terreno de lo simbólico, en cuestiones de agenda, los invitados a la embajada y el pueblo, nos encontramos en la misma mesa, aunque sentados en distintos lugares. El Consejo del Salario pone nuevamente en puja al capital y el trabajo, ya que a la luz de que los logros obtenidos en negociación paritaria son devorados día a día por la creciente carestía, el centro de gravedad del debate se profundiza en la recomposición salarial, pero también en la persistencia de un alarmante porcentaje de trabajadores que perciben ingresos en negro. Se trata de un debate de fondo que necesariamente va de la mano con otros que están a la orden del día, como lo insostenible que es mantener el esquema planteado en los 90 con la privatización de las empresas del Estado, que con el correr de los años demostró que solo trajo ineficiencia, corrupción y, por sobre todo, una inaceptable pérdida del patrimonio y el fruto del trabajo de los argentinos. No es un debate menor y está atravesado por todo lo que conlleva un año electoral en el que, cebada con la victoria que obtuvo en la Ciudad de Buenos Aires y con el superlativo poder que le brinda la industria massmediática dispuesta a su servicio, la derecha como manifestación política de las clases dominantes practica una abierta tarea con la que pretende horadar la conciencia popular, aun vaciando de contenido categorías que son exclusivamente propiedad del pueblo y su lucha. De este lado, la izquierda y el conjunto de los sectores populares, avanzamos en la formidable tarea de superar la crisis estratégica que padecemos. En el camino de aportar en tal dirección se inscriben distintas y ricas experiencias desarrolladas durante los últimos meses en diferentes puntos del país, y también el encuentro celebrado el martes 10 entre los secretarios regionales del Partido Comunista y la dirección nacional de la FJC, donde no estuvo ausente el debate en torno del posicionamiento electoral del Partido de cara a octubre, momento que sin duda, nos va a encontrar codo a codo con quienes no asistieron a la fiesta.

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  © protagonistas delsur de Gustavo Cano para www.protagonistasdelsur.blogspot.com 2009

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